Anoche, el escenario se convirtió en una auténtica olla a presión de hardcore punk con la explosiva actuación de Turnstile. Desde el momento en que las luces se atenuaron y comenzó a sonar de fondo  “I wanna dance with somebody” de Whitney Houston, la multitud se encendió con una energía única y estaba lista para darlo todo.

Las bandas encargadas de abrir punta fueron “Flores y Fuego” y “Margaritas Podridas”, prepararon el terreno con sus propias dosis de rabia, pasión y mucho female power. Fue como un aperitivo antes de la tormenta, preparando a la multitud para la avalancha sónica que estaba por venir.

En punto de las 9:30pm, el recinto con un público tan variado, lleno de jóvenes aesthetics como señor@s de la vieja escuela, estaban listos para cantar, brincar y hacer circle pit.

Turnstile no decepcionó. Con cada acorde y cada grito, la intensidad aumentaba. El público respondió coreando cada letra como si fuera un himno personal. La energía en el aire era palpable, como si estuviéramos flotando en una nube de pura adrenalina.

Su setlist estuvo principalmente dedicado a su más reciente discografía “Glow on”, la misma que los catapultó a su gran éxito y popularidad, pero se aventaron una que otra rola de cuando eran hardcore kids. Fue una experiencia que dejó a todos sin aliento y con ganas de más.

En resumen, el concierto de Turnstile fue más que música: fue una explosión de vida, una celebración de la música y una noche que quedará grabada en la memoria de todos los presentes. ¡Larga vida a Turnstile!.

Reseña: Denni Valentin.

Fotografías: Armando Covarrubias.