La noche del 25 de abril quedará grabada en la memoria de Guadalajara como la noche en que Quevedo demostró por qué es uno de los artistas más importantes del momento. El Auditorio Telmex vibró de principio a fin con un espectáculo lleno de energía, sorpresas y, sobre todo, ¡mucho flow!

La expectativa era palpable en el ambiente. El público, ansioso por corear sus éxitos, llenó cada rincón del recinto. Y cuando las luces se apagaron, la ovación fue ensordecedora. El inicio no pudo ser más impactante: con los primeros beats de “Kassandra”, Quevedo hizo su entrada triunfal, descendiendo por unas escaleras estratégicamente colocadas en el escenario.

El ritmo no decayó ni un segundo. “Duro” llegó con una fuerza imparable, acompañada de un cuerpo de bailarines que se apoderaron del escenario con una coreografía electrizante. El performance, aderezado con el flash de cámaras fotográficas, creó un ambiente de videoclip en vivo. Y para rematar este inicio explosivo, sonó “Chapiadora.com”, desatando el perreo colectivo en todo el auditorio.

El primer interludio nos dio un respiro, pero solo para prepararnos para un cambio de ambiente. El escenario se transformó en un espacio más íntimo, con un sillón y televisiones dispuestas estratégicamente. Fue el momento de “Ahora y siempre”, una canción que nos conectó con una faceta más melancólica del artista. Le siguieron “Dame” y “Sin señal”, manteniendo esa vibra más relajada pero igualmente cautivadora. Y entonces llegó la sorpresa de la noche: Quevedo interpretó un cover de “Me Voy” de Julieta Venegas, demostrando su versatilidad y sensibilidad musical. ¡Un momentazo que puso a cantar a todo pulmón!

El segundo acto llegó con una inyección de adrenalina. “Que Asco de Todo” y “Noemú” resonaron con fuerza, con un escenario ahora rodeado de micrófonos, creando una atmósfera de batalla de rap. La intensidad se mantuvo con “Te fallé”, una canción cargada de sentimiento que conectó profundamente con el público.

Y como toda gran fiesta tiene su final, Quevedo guardó lo mejor para el cierre. Un remix de “Mr. Moondial” nos preparó para el apoteosis final con su hit mundial, “Quédate”. El Auditorio Telmex se convirtió en una sola voz, coreando cada palabra con una emoción indescriptible. Para despedirse, Quevedo y sus bailarines volvieron a ascender por las escaleras, dejando tras de sí una estela de euforia y la promesa de un regreso.

En definitiva, el concierto de Quevedo en Guadalajara fue una experiencia vibrante y llena de momentos memorables. Demostró su talento, su conexión con el público y su capacidad para dominar el escenario. ¡Si tuviste la oportunidad de estar ahí, seguro que todavía tienes la energía en el cuerpo!