SAN VENUS REVENTANDO EL MIDWEST EMO EN PLENO GUADALAJARA.
Aún no superamos lo que vivimos el Viernes 13 de junio en el C3 Rooftop.
No fue solo un concierto. Fue una noche que se quedó con nosotros como esos recuerdos que de tan intensos, se vuelven parte de ti, se sentía como si toda la escena estuviera unida por una sola cosa, la música nos salvó esa noche.
Las luces, los gritos, los abrazos sudados… todo quedó como esos flashes mentales que no sabes si viviste o soñaste.
Fue el tipo de noche que se te clava en el pecho y no se va nunca.
San Venus salió al escenario con toda esa carga emocional que solo una banda de Midwest Emo puede dar.
Imposible no dejarse llevar. Cada grito era como un suspiro contenido que por fin se soltaba. Cada letra se sentía demasiado cercana. Había algo mágico en ver a una banda tan local sonar tan mundialmente grande.
La voz de Uziel de Alba, su presencia, su entrega, todo lo que transmitía… fue brutal. Lo veías moverse, gritar, cantar, agradecer… y era imposible no sentir que lo que él cantaba, lo habías sentido tú también. Como si ese desamor que describía hubiera sido tuyo. Como si ese momento bonito de enamorarse rápido lo hubieras vivido justo el mes pasado.
Y no estuvo solo. Tuvimos el gustazo de ver a Pablo Numero tres, Wicho de Ray Coyote, Miki Madrigal, y al gran Blnko, quien también fue parte de la banda como guitarrista.
¡Fue como un festival mini dentro de un show íntimo! Pura gente que vibra igual. Pura gente que entiende que la música no solo se escucha, se siente, se llora, se grita.
Hubo momentos punk, momentos románticos, momentos para cantar con los ojos cerrados y otros para brincar como si estuviéramos sacando todo lo que duele.
El público era tan variado como hermoso. Morritos con lágrimas en los ojos, señores cantando con sus hijxs, parejitas abrazadas, personas solas que encontraron compañía en la música. Nadie estaba fuera de lugar. Todos estábamos en el mismo trip.
Las luces, los flashazos, los gritos, la vibra… todo fue perfecto.
Como gritarle al universo y que por fin te escuche.
