El pasado Sábado 26 de julio, Chetes ofreció un concierto inolvidable en el Bar Barba Negra de Guadalajara, presentando un formato acústico que tocó fibras profundas en sus seguidores. Con un ambiente cálido, luces tenues y un clima ideal, el escenario fue perfecto para reencontrarse con su música desde un lugar más íntimo y emocional.
Desde el primer momento en que subió al escenario, el entusiasmo del público fue evidente: gritos, aplausos y declaraciones como “¡Chetes te amo!” o “¡Eres el mejor!” marcaron la pauta de una noche donde la conexión entre artista y audiencia fue total. Las primeras notas bastaron para que los asistentes se levantaran de sus asientos, bebida en mano, y se acercaran al escenario como guiados por una fuerza colectiva, buscando compartir de cerca esta experiencia.

A lo largo de aproximadamente una hora con veinte minutos, Chetes interpretó varios de sus temas más emblemáticos, como “16 de febrero”, “Completamente”, “Que me maten”, “Querer”, entre otros. Con cada canción, los recuerdos y emociones afloraban: para algunos, nostalgia alegre; para otros, momentos agridulces del pasado. Pero todos, sin excepción, coreaban al unísono, formando una sola voz con el artista y demostrando que sus canciones siguen ocupando un lugar muy especial en los corazones de su audiencia.
Durante el concierto, Chetes se mostró cercano y receptivo, escuchando al público e incluso cumpliendo algunas de sus peticiones. Su sencillez, carisma y talento se reflejaron en cada acorde. Aunque muchos hubiéramos querido más, el formato íntimo y sin interrupciones dejó a todos más que satisfechos.
Una velada que no solo celebró 20 años de carrera, sino también la capacidad de la música para acompañarnos, tocarnos y unirnos a través del tiempo.