La noche del 15 de noviembre, el Auditorio Telmex se convirtió en territorio del hip hop mexicano con la llegada de Rich Mafia, el proyecto conjunto de Alemán y Gera MX. Fue una velada en la que el flow, las barras y la cultura urbana se encontraron en uno de los escenarios más grandes de la ciudad, y el resultado fue tan potente como muchos lo esperaban.

Desde los primeros minutos, Alemán y Gera MX llenaron el escenario con una presencia imponente. Su química es evidente: cada rima, cada pausa y cada beat parecían cuidadosamente pensados para conectar no solo entre ellos, sino con la audiencia. No se trató solo de un concierto: fue una demostración de poder lírico y de identidad urbana.

La selección de canciones fue acertada. Alternaron entre sus éxitos más conocidos y cortes nuevos, haciendo que los que llevaban años siguiéndolos vivieran momentos de nostalgia, mientras que quienes los veían por primera vez descubrieron por qué su movimiento ha crecido tanto. Las letras crudas, las historias de barrio y las reflexiones personales resonaron con fuerza, acompañadas de bases musicales envolventes que no dieron tregua.


Visualmente, el concierto también estuvo bien armado: luces dinámicas, momentos de intimidad y otros más explosivos, generaron un ambiente energético pero también cercano. Hubo instantes en los que el auditorio vibró con el rugido de los fans que cantaban al unísono, y en otros se volvió testigo silencioso, absorbiendo cada palabra.



Uno de los aspectos más memorables fue cómo Alemania y Gera MX hicieron pausas para hablarle al público, para agradecer, para compartir algo más que música: su visión, su agradecimiento por estar donde están y lo que significa para ellos representar a la nueva generación del rap mexicano. Esos pequeños discursos no solo sirvieron para llenar de calidez el show, sino para enfatizar que Rich Mafia es más que un proyecto musical: es una plataforma para contar realidades, para dar voz a lo urbano.

















