El pasado sábado 1 de marzo, la Plaza Bicentenario del Centro Cultural Universitario en Guadalajara se llenó de vida con la tercera edición de PortAmérica Latitudes, un festival que fusiona la música y la gastronomía en una celebración única. Con un cartel variado y una propuesta que destaca la multiculturalidad hispana.

Desde las primeras horas de la tarde, el público comenzó a llegar para disfrutar de una jornada llena de talento y experiencias sensoriales. La Muchacha y Sarria fueron los encargados de inaugurar el escenario, marcando el inicio de un recorrido sonoro diverso que llevó a los asistentes por distintos géneros y emociones. Camila Fernández, con una presentación que evocó las raíces mexicanas, cerró su show con un mariachi que dejó a más de uno con la piel erizada.

El atardecer trajo consigo la presentación de Little Jesus, quienes con su característico indie rock lograron crear un ambiente nostálgico y festivo a la vez, culminando con su clásico ‘TQM’. Más tarde, Nsqk sorprendió con una actuación llena de frescura y cercanía con el público, dejando claro por qué es uno de los nombres emergentes más fuertes de la escena.

Uno de los momentos más esperados de la noche fue la actuación de Mon Laferte, quien con su inigualable presencia y voz llevó a los asistentes por un viaje de emociones. Con un cierre acústico e íntimo, la cantante dejó una huella imborrable en el festival. Pero si de conexión se trata, Los Ángeles Azules se encargaron de unir a todos en un mismo ritmo. Desde los primeros acordes, la cumbia se apoderó del ambiente, convirtiendo el espacio en una pista de baile donde nadie se quedó quieto.

Para cerrar la noche, Yo Soy Matt tomó el relevo con un set vibrante que combinó sonidos electrónicos con ritmos latinos, asegurando que la energía no decayese hasta el último minuto del festival.

Más allá de la música, PortAmérica Latitudes volvió a demostrar que es un punto de encuentro donde la cultura hispana se celebra en toda su diversidad. La combinación de gastronomía, sonidos y un ambiente de comunidad hicieron de esta edición un éxito rotundo. Sin duda, este festival sigue marcando el camino para los eventos boutique en la ciudad, ofreciendo una experiencia distinta y enriquecedora para todos los que buscan algo más que solo un concierto.

Con una curaduría que equilibra lo tradicional con lo contemporáneo, PortAmérica Latitudes reafirma su propósito de ser un puente entre generaciones, estilos y culturas, consolidándose como una cita imperdible en la escena musical de Guadalajara.